[vc_row row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» text_align=»left» background_animation=»none» css_animation=»»][vc_column][vc_column_text]

La confianza en ti mismo no tiene nada que ver con lo que eres, ni tampoco con lo que tienes, ni con los títulos que has obtenido. Tampoco tiene que ver con lo alto, lo guapo o lo listo que eres, ni con los premios y medallas que has ganado, lo popular que eres o la familia que tienes o de la que vienes.

 

[/vc_column_text][blockquote text=»Mirar al pasado para hacerlo responsable de nuestro presente es ceder nuestro poder personal a algo que no podemos cambiar» show_quote_icon=»yes» width=»80″][vc_column_text css=».vc_custom_1581492687824{padding-top: 40px !important;}»]

La autoconfianza tiene que ver con la capacidad que tienes de creer que vas a ser capaz de lograr lo que quieres. Y para que esto suceda hace falta tener en cuenta 3 elementos:

  1. Tener un objetivo claro para saber hacia dónde tienes que dirigirte. Y aquí no se trata de saber lo que no queremos, sino de saber lo que quieres.
  2. Creer que vas a conseguirlo algo que sucede en tu tiempo presente
  3. Comenzar a perseguir tu objetivo para que este no se quede en el mundo de las ideas.

El origen de la falta de confianza suele estar en que, con frecuencia, pasamos más tiempo mirando al pasado y enganchados en él que persiguiendo lo que queremos. Es una cuestión relacionada con el presente (capacidad de creer aquí y ahora) y con una clara proyección hacia el futuro (conseguir una meta).

Esto no exime de que hagamos, previamente, el sano ejercicio de mirar y sanar las heridas abiertas del pasado para poder acceder a una versión más completa de nosotros mismos; pero mirar al pasado para hacerlo responsable de nuestro presente es ceder nuestro poder personal a algo que ya pasó y que es imposible cambiar. Lo único que puede cambiar, en nuestro presente, es la forma de mirar todo aquello que pasó.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]