La pirámide de los niveles neurológicos de Robert Dilts supuso un gran aporte a la PNL (Programación Neuro Linguística) para entender cómo funcionan los procesos de cambio. Nos permite identificar dónde puede estar el posible conflicto en ese proceso para poder resolverlo.

En el nivel inferior encontramos el ENTORNO o AMBIENTE. Es el nivel donde tiene lugar la acción y en él nos hacemos las preguntas ¿DÓNDE? ¿CUÁNDO? ¿CON QUIÉN?. A este nivel le afecta el espacio físico y también la dimensión temporal. Este nivel es el más fácil de modificar.

El segundo nivel corresponde a las CONDUCTAS o COMPORTAMIENTO. Es un nivel reactivo y nos hacemos las preguntas ¿QUÉ COSAS HACES? . Ante un mismo ambiente, una persona puede tener un comportamiento totalmente diferente a la otra. Podemos ver muy claramente tanto en nosotros como en los demás como ante determinada situación reaccionamos de una manera u otra.

Tanto el nivel del ambiente como el de los comportamientos se encuentran en el plano consciente pero ahora nos adentramos en el plano del inconsciente saltando al siguiente nivel neurológico, el nivel de las CAPACIDADES. Este nivel responde a la pregunta CÓMO LO HACES y de qué RECURSOS dispongo. Tiene que ver con nuestros mapas mentales de cómo se hacen las cosas, de cuales son mis estrategias para actuar (o no).

Por debajo nos encontramos el nivel de las CREENCIAS y este responde a la pregunta de POR QUÉ LO HACES. Y en el siguiente nivel encontramos los VALORES que responde a la pregunta de PARA QUÉ LO HACES. En estos dos niveles es donde encontramos la gran mayoría de los conflictos en los procesos de cambios pero también de los aceleradores del cambio. Un objetivo alineado con nuestros VALORES va a contar con una dosis extra de motivación inicial de la que no dispondrá un objetivo desalineado con ellos.

CREENCIAS y VALORES guían nuestro comportamiento y específicamente los VALORES pueden servirnos de brújula a la hora de tomar decisiones.

Como podemos observar el nivel de los VALORES es el inmediatamente inferior al de IDENTIDAD. Este nivel responde a la pregunta de QUIÉN SOY o QUIÉN ESTOY SIENDO, preguntas muy asociadas a nuestra misión de vida. Es un nivel que utiliza la metáfora ya que las respuestas a estas preguntas están a un nivel inconsciente.

El último nivel es quizás el nivel más profundo e inconsciente y tiene que ver con la trascendencia, con lo SISTÉMICO. Este nivel representa la conexión con algo mayor a lo que pertenecemos. Puede ser la humanidad, puede ser el país, el planeta. En este nivel reside nuestro deseo de trascender y de estar al servicio de algo más grande.

Un cambio en un nivel superior de los niveles neurológicos afecta a todos los niveles inferiores, por lo tanto cuanto más elevado sea ese nivel más transformador va a ser y más va afectar a nuestra vida.

Pero quizás este marco de trabajo tan teórico se entienda mejor con una historia. La historia de alguna que otra persona que no es feliz en su trabajo.

La historia de Pilar

Pilar llevaba ya más de 10 años trabajando en su empresa, una multinacional con un buen salario, un puesto fijo y una cierta responsabilidad. El ambiente de trabajo era agradable y divertido y el sector en el que se movía era dinámico e innovador pero sin embargo Pilar no se encontraba a gusto, no estaba cómoda y pensaba que era porque ya era hora de obtener una promoción interna.

Pilar pidió una reunión con RRHH y las cosas no salieron como ella quería. Le dejaron muy claro que en el corto y medio plazo no existiría posibilidad alguna de promoción. Esta noticia le calló a Pilar como un jarro de agua fría así que optó por aplicar a un puesto, similar en una empresa de la competencia.

Durante el proceso de selección, llevado a cabo en la empresa de la competencia, Pilar dejó muy claro sus expectativas profesionales y en la nueva empresa se comprometieron a respetarlas y a promocionarla en el plazo máximo de dos años. Pilar aceptó la oferta (cambió de AMBIENTE) y se entregó de lleno a su nuevo puesto. En el plazo de un año ya había consiguió su objetivo. Su rol cambió a uno más estratégico on un puesto en el comité de dirección. Tuvo que modificar su COMPORTAMIENTO en algunos aspectos y desarrollar nuevas HABILIDADES o CAPACIDADES.

Parecía que todo iba sobre ruedas y que Pilar había llegado donde quería pero pasado un tiempo se dio cuenta de que no acababa de estar del todo contenta. Ese puesto con componente «político» en el comité de dirección no le llenaba y comenzó a sentirse desanimada y hasta un poco deprimida.

Durante sus momentos bajos Pilar se refugió en el yoga y volvió a practicarlo con auténtica dedicación. Le encantaba el yoga y en su juventud había fantaseado con la hacer una formación como profesora de Yoga. Reconectó con esta disciplina y comenzó a acudir a retiros de fin de semana y a dedicar cada vez más tiempo a la práctica del yoga. Pilar seguía trabajando pero aprovechaba cualquier periodo vacacional para practicarlo. Estaba tan metida en el mundo del yoga que un día una amiga suya que había conocido en un retiro le planteó la posibilidad de comenzar a dar clases.

Comenzó con un par de clases a la semana y de repente se dio cuenta que quería más. Fantaseaba con la idea de dedicarse personal y profesionalmente al yoga pero ¿Cómo lo hacía?. ¿Podría vivirse realmente del yoga?. Ella misma se dio cuenta de que es posible que tuviera ciertas CREENCIAS que podían ser un obstáculo. Era una alta ejecutiva con un elevado salario y no veía factible mantener el nivel de vida siendo profesora de Yoga.

La idea le rondaba por la cabeza y ella seguía compaginando su trabajo de ejecutiva con sus clases de Yoga e incluso se animó a impartir algún retiro. Paralelamente siguió formándose en el ámbito del Yoga y en el verano del año pasado, pidió una excedencia de 1 año para realizar un entrenamiento intensivo en India.

Fue 1 año de intenso trabajo personal, tres meses de crecimiento en el que Pilar aprendió y conectó con lo que realmente era: una yogui (IDENTIDAD), se alineó y conectó con sus VALORES y empezó a vivir como lo que realmente era.

Nada más regresar a Madrid se sentó con su Jefe y puso sobre la mesa su deseo de dedicar su vida y profesión al Yoga. Juntos montaron un plan para que su salida fuera armoniosa tanto para ella como para la empresa que tenía que buscar un/a sustituto/a y formarla.

Por supuesto que Pilar se enfrentó a sus miedos cuando tomó esa decisión, algunas creencias limitantes seguían estando allí pero algunas otras se habían modificado ¿Una Yogui necesitaba realmente un salario tan elevado como el que tenía en su puesto ejecutivo para poder vivir?. Pilar trabajó junto a un coach durante 5 meses y su proceso de salida de la empresa duró 6 meses. Durante ese proceso trabajó con sus CREENCIAS, desarrolló nuevas APTITUDES y puso en marcha un plan de ACCIÓN Al salir ya había encontrado casa en un entorno natural, una casa con licencia de actividad para montar un centro de Yoga.

Si bien el proceso de coaching había funcionado, su auténtico CAMBIO se produjo en la India, a nivel de IDENTIDAD. A partir de ahí todo fue bajando en cascada a una velocidad y con una efectividad vertiginosa. Ya lo decía Albert Einstein

Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó

Albert Einstein

Cuanto más elevado sea el nivel neurológico al que se produce el cambio… más transformador será.