No hace mucho mantuve una conversación con una persona a la que aprecio me comentaba, con cierta nostalgia, que vivir de su vocación era una utopía. Si atendemos a la definición de utopía lo que realmente estaba contándome es que vivir de su vocación lo veía como un hecho inalcanzable y ahora entiendo su nostalgia y hasta un cierto halo de tristeza.

Esta conversación me hizo pensar acerca de la demanda del cliente en un proceso de coaching. El punto de partida del proceso y de cada sesión es siempre un objetivo. Pero lo cierto es que no siempre tenemos claro la diferencia entre conceptos como objetivo, sueño e incluso utopía. Es más, la gran mayoría de las veces no nos planteamos si nuestro cliente ve su objetivo como un objetivo real, como un sueño o como una utopía; y quizás la primera pregunta que deberíamos hacernos o hacerle a nuestro coachee es: ¿Esto que quiero o quieres conseguir es un objetivo, un sueño o una utopía?.

Vayamos por partes:

La utopía

Esta palabra de origen griego <<ou-topos>> significa, literalmente «no-lugar”; o lo que es lo mismo un lugar que no existe. Tomas Moro acuñó esta palabra para ponerle nombre a una isla imaginaria que contaba con un sistema político, social y legal perfecto. Una ensoñación idílica donde sus habitantes vivían en armonía… pero así como era perfecta, también era inalcanzable dado que la perfección no existe. 

Por definición, la utopía es algo calificado de inalcanzable, pero lo que está claro es que muestra una dirección hacia la que dirigirse. Una utopía actúa a modo de brújula. Pero ¿qué pasa con la Utopía?. Mientras tengamos la mirada puesta en el concepto utópico, la tenemos puesta en lo inalcanzable.

Si ese es el caso, el que pensemos que estamos ante una utopía, lo más probable es que no tenemos ni la energía ni los medios ni la capacidad para comenzar a dar un paso hacia ello; o simplemente que encontremos mil y una distracciones con la que entretenernos. ¿Por qué vamos a empezar a andar hacia algo que es inalcanzable?. ¿Por qué gastar energías?. Perseguir lo que creemos una utopía es una huida hacia adelante, algo tenemos que hacer para convertirlo en una aventura fructífera: o soltar, o empezar a tomar responsabilidad sobre ello.

En un proceso de coaching tenemos dos opciones: Trabajar el sistema de creencias que nos hace ver ese deseo como un pensamiento utópico; o bien aprovecharnos de la dirección que nos marca la utopía y desgranarlo en objetivos alcanzables y alineados con esa utopía que sí nos permita avanzar hacia un escenario mejor… caminante se hace camino al andar.

Las preguntas podrían ser: ¿Conoces a alguien que lo haya conseguido? ¿En qué te basas para decir que es inalcanzable? ¿Para qué te sirve el pensar que es inalcanzable? ¿Qué paso podrías comenzar a dar en esa dirección?

Sueño

Yo diría que todo el mundo, en mayor o medida, tiene algún tipo de sueño. Escenarios que esperamos o deseamos vivir en un futuro, quizás acompañados por un pequeño golpe de suerte. Pero ¿es un sueño un objetivo?. La diferencia entre un sueño y un objetivo es que un sueño se queda en el mundo de las ideas. No suele haber un compromiso firme con la consecución del mismo. 

En un imaginario nivel de “alcanzabilidad”, un sueño está un peldaño por debajo de la utopía pero un peldaño por encima del objetivo. El sueño es algo que en algún momento puede ser alcanzable, pero lo hemos dejado ahí como en un cajoncito y no solemos poner energía ni voluntad en la consecución del mismo. Lo vemos muy difícil o que quizás no esté del todo en nuestra mano. A lo sumo recitamos un par de afirmaciones por que eso no cuesta mucho y ¿Quién sabe?….lo mismo funciona. 

Pero de nuevo, un sueño, nos marca una dirección y esta vez, por suerte, no tenemos la creencia de que sea inalcanzable. 

En este caso las preguntas son  ¿Cómo de comprometido estoy o estás con ese sueño? ¿Cómo convertirías ese sueño en un objetivo (o varios) concreto/s hacia el/los que poder avanzar?

Objetivo

Y por último tenemos el objetivo. Estamos ante lo tangible, algo sobre lo que se puede establecer incluso un sistema de medición para identificar nuestros avances y saber cómo de cerca estamos o no de él. Un objetivo es algo concreto con el que sí podemos comprometernos y sobre el cual podemos empezar a establecer un plan. Es el concepto de objetivo lo que nos impulsa a tomar decisiones, la primera de ellas la de marcarnos la meta y una vez convertida en meta adquirir un compromiso respecto a ella..

Utopía, Sueño y Objetivo son tres conceptos diferentes. Los tres nos marcan dirección y los tres nos presentan una brecha de aprendizaje sobre la que tomar siempre un mayor grado de responsabilidad.